COMO POLLOS

A veces desborda. Sólo con cambiar un pequeño detalle. Como en una peli de ciencia ficción de los ochenta, cuando viajan al pasado y alguien mata una mosca. Como cuando cambias almendras por harina y te pasas de levadura. Como cuando intentan pasarse de listos. Y, creedme, que lo intentan. Y meterte miedo, para que te vuelvas cobarde. Para quitarte la voluntad. Para convertirte en máquina de cadena de montaje. Como si fuéramos pollos en un criadero. Todos uniformados, todos con la cara gris. Todos al mismo paso y en la misma dirección. Ignorando que nuestros pies quieren correr por diferentes senderos. Evitando pensar. Abducidos por la tele, que no lo dice pero lo insinúa: PENSAR CACA!. Nadie mira hacia  cielo, sólo vemos nuestros propios zapatos. Iguales que los del de al lado, que los del de delante. ¡Tú iras donde yo te diga!, y no rechistes, no protestes, no te revuelvas. Recuerda que sólo eres un pez en una pequeña charca. Un número prescindible. UN POLLO.

Hoy la pifiado con el bizcocho. Me han salido mal las cuentas y primero ha subido a lo mas alto, luego se ha desbordado y, al final, se ha bajado. Como la vida misma. Ahora ando desbordada. Ya se me pasará. Espero que me abduzca una compresa con alas y me lleve a su mundo multicolor. Mientas, me seguiré dando al dulce. Después de todo, el bizcocho me ha quedado feo, pero está bastante bueno.   

Lo perdí,ya no importa
hay veces que lo bordas
y veces que lo tiras por la borda

Por la borda.

Quique Gonzalez.